lunes, 23 de marzo de 2009
Frankfurt
En el puente de todos los santos de 2006 me fui con mis amigos de viaje. Nuestro primer gran viaje en grupo fuera del control de los profesores, en los viajes con el instituto. ¿El destino? Frankfurt. ¿El motivo? Era una ciudad relativamente conocida por el nombre y el destino más barato que encontramos por Ryanair. Esto, y nuestras ganas de viajar hicieron el resto.
Cuando contaba a la gente que me iba de viaje a Frankfurt, la respuesta era siempre la misma. ¿A Frankfurt? Pero si en Frankfurt no hay nada! Realmente hasta yo creía que no había nada, pero las ganas de ir seguían intactas, incluso se multiplicaron cuando estuve a puntito de perdérmelo.
Llegó el Día D, y la Hora H. Estaba sentado en el avión, antes de despegar. Era la primera vez que iba a volar en avión, y desde antes de despegar tenía un cosquilleo que me recorría el cuerpo. Realmente estaba ilusionado, y no me decepcionó.
Llegamos a Frankfurt y pasamos 4 días fantásticos. Disfrutamos con su gran vida nocturna, celebrando la noche de Halloween, paseando por grandísimos y enormes paseos, que no tienen nada que envidiar a las ramblas de Barcelona, disfrutando de vistas de pájaro desde los edificios más altos de Alemania, perdiéndonos en la inmensidad de los jardines botánicos más grandes y variados de Europa, descubriendo su comida, sus gentes, sus costumbres, etc.
A priori tenía que ser un viaje para irnos solos, para ir del hotel a la discoteca y de la discoteca al hotel, y beber y hacer estas cosas k se hacen en un viaje de fin de curso hasta no poder más. Sin embargo, dónde no me lo esperaba, me encontré con uno de los mejores viajes de mi vida y descubrí una ciudad en la que porque no, me encantaría vivir algún día.
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